miércoles, 28 de enero de 2009

¡ Inundaciones ! ( 2 ) El Bocho era una fiesta...

"Los simbolos que cada uno de nosotros porta en si, y encuentra repentinamente en el mundo y al reconocerlos su corazon se estremece, son sus autenticos recuerdos"
Cesare Pavese

Aqui estamos de nuevo, con nuestras fuerzas armadas en cuadro, cargados de latas de fabada que no aceptaba ni la perrera de Archanda, pero tambien, por aquello del frio, con importantes reservas de diversos licores espirituosos

La limpieza-reconstruccion del Centro de Bilbao fue tarea facil. En cambio la parte vieja habia salido muy mal parada, la estrechez de sus calles hizo que se acumulara todo tipo de deshechos, pero el entusiasmo de los voluntarios , influido por la cantidad de bares permitio que la zona recobrara algo de actividad enseguida. Durante mas de un año, quizá dos, la vida siguio adelante con las calles levantadas y medio metro de barro.

Por aquel entonces yo tenia mis propios problemas. Me sentia como una autentica mierda, pero de alguna manera me aliviaba visitar el Casco Viejo, beber vodka en vasos de Duralex y observar a las chavalas, vestidas con trajes de faena desabrochados en los que se les adivinaban los pechos inmaculados. Obviamente estas "voluntarias" no pegaban un palo al agua, pero tampoco yo lo hice . Llego a estar de moda llevar estos buzos, que a fin de cuentas eran muy practicos debido al estado de las calles.

Alli me aficione al Heavy Metal. Black Sabbat o AC/DC unido al abuso del alcohol me sumia en un estado de animo muy especial. Las cargas policiales se hicieron muy frecuentes, yo las contemplaba embriagado. Seguian un patron muy especial: primero llegaban, nunca mas de veinte, se pegaban unos gritos, despues llegaba la policia y se dispersaban en silencio, . Luego un fulano con el "Egin" enrollado en el bolsillo trasero del pantalon hacia de "Flautista de Hamelin" y hacia que se reagruparan en otro sitio . Entonces si, empezaban las ostias. Podia haber una batalla campal en una bocacalle, que en la paralela estabamos tomando copas a la puerta de un tugurio. A veces unos cuantos borrokas irrumpian perseguidos por los maderos, pero a mi nunca me paso nada.

Habia leido "Under the Vulcano" de Malcolm Lowry y me identificaba con el personaje del Consul. Me gustaba ya mucho el cine, y soñaba con trasladar la accion de la novela de Mexico a la calle Barrencalle, en la que todo tendria mayor sentido, incluido el final, solo haria falta cambiar los nombres. Llegue a escribir un borrador de guion que, afortunadamente perdi enseguida.

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